Comenzaremos con la siguiente pregunta, ¿contamos con un programa adecuado de limpieza y desinfección?, las empresas procesadoras de alimentos indudablemente realizan limpieza y desinfección. El problema es que, muchas veces, esos programas no están debidamente documentados y no hay procedimientos claros de cómo realizar el proceso de limpieza y desinfección. ¿Cuáles son los productos adecuados para limpiar y desinfectar dentro de nuestros procesos? ¿Cuáles son las diluciones adecuadas? ¿los operarios conocen del programa? ¿están debidamente capacitados para ejecutar el programa?, Si la respuesta a todas estas preguntas es positiva, entonces ¿por qué se genera la adaptación bacteriana?, cuando comenzamos a tener problemas por bacterias o mohos que afectan la calidad del producto, entonces queremos aumentar la limpieza, pensando que de esta forma vamos a solucionar el problema, pero no nos damos cuenta de que, no es más limpieza lo que necesitamos, lo que necesitamos es hacerlo de la manera correcta.
Todo esto lo traigo a discusión, por un tema que es importante y se ha tratado durante años y es la adaptación de las bacterias a los desinfectantes. La adaptación se debe a varios factores dentro de los cuales encontramos, factores físicos, factores fisicoquímicos, factores estructurales y factores biológicos.

FACTORES FÍSICOS
Dentro de los factores físicos se encuentran la concentración, la temperatura y el tiempo de exposición o tiempo de acción. Cuando uno de estos factores permanece constante, los otros dos tendrán que variar en forma inversamente proporcional para mantener una equivalencia de actividad para el producto; por ejemplo, si se da una concentración fija y la temperatura decrece, el tiempo de exposición tendrá que incrementarse. De igual manera, si se da un tiempo de exposición fijo y la temperatura baja más de lo normal, la concentración debe incrementarse.
FACTORES FISICOQUÍMICOS
Dentro de este grupo de factores tenemos el pH o potencial de hidrógeno que, en el caso de los desinfectantes, es importante para cambiar la carga iónica en la superficie de la bacteria o bien para alterar el grado de acidez o alcalinidad del medio en que vive.
Un problema común relacionado con pH se tiene con el agua empleada para diluir un desinfectante. Si solamente se tratara de usar agua destilada no existiría dificultad alguna, pero en vista de ser común y corriente la utilización de aguas que contienen CaCO3 o sales de Mg, entre otras sustancias, éstas le dan dureza de diferente grado, haciéndolas inaparentes para diluir a ciertos desinfectantes, cuando este grado es considerablemente alto. Este tipo de sales confieren fuerte alcalinidad, por la naturaleza propia de sus cationes Mg+ o Ca+ y así los compuestos iodóforos pueden tener problema en su actividad; también los ácidos orgánicos y los cloros, porque en éstos no se disocia adecuadamente el ácido hipocloroso, responsable de la oxidación de las estructuras microbianas.
El caso de los amonios cuaternarios es semejante porque, a pesar de ser sustancias ácidas o alcalinas, tienen problemas con aguas muy duras en las que se dificulta su solubilidad y en consecuencia pueden ser inactivados.
Hablando de amonios cuaternarios o jabones invertidos, no hay que olvidar que otros compuestos análogos son los jabones comunes y corrientes, llamados los jabones aniónicos, los cuales al ser utilizados en forma simultánea con amonios cuaternarios o inmediatamente antes de ellos sin el debido enjuague, neutralizan recíprocamente sus cargas eléctricas y así se inactivan.
FACTORES ESTRUCTURALES
Hemos mencionado factores importantes al momento de utilizar un desinfectante, no es confiable la eficiencia de un desinfectante si solamente lo ensayamos o evaluamos en el laboratorio, porque allí las condiciones son ideales. Es importante probarlo en el campo, donde la presencia de materia orgánica en el ambiente es un excelente desafío al principio activo que se ensaya. En este caso, la materia orgánica es oxidada y es destruida la flora bacteriana de su superficie, pero no siempre se permite la penetración del desinfectante dentro de su masa, donde se alojan gérmenes infecciosos que no son exterminados, porque se ha constituido para ellos una defensa y en esta forma se establece un reservorio. Esta es una de las principales razones por las cuales se recomienda la limpieza minuciosa previa al empleo de un desinfectante.
Por lo demás, hay que mencionar que los microorganismos pueden ser inaccesibles al desinfectante porque la tensión del solvente no le permite ingresar a través de los poros, rugosidades o rajaduras de las maderas, arcillas o yeso a tratar.
Para combatir esta limitación, se adiciona un agente detergente o humectante que rompe o nivela la tensión antes indicada. Con los ejemplos que acaban de señalarse, se pueden tener los elementos de juicio necesarios para dilucidar la efectividad y seguridad que ofrece el desinfectante de nuestro uso común y corriente.
FACTORES BIOLÓGICOS
El aspecto correspondiente a los factores biológicos comprende puntos de vista relacionados al tipo de microorganismos y la cantidad de ellos (carga microbiana).
Habrá que pensar también en la edad de estos, o sea, su estado adulto o forma vegetativa (espora); igualmente la diversidad de gérmenes en casos de contaminación polimicrobiana y, desde luego, el tipo de defensa que ellos tienen (virus con cubierta o sin ella; agentes ácido-resistentes, etc.).
Estos puntos de vista determinan la procedencia de establecer la sensibilidad o resistencia de los gérmenes frente a los cuales se viene luchando con un determinado desinfectante. Se tendrá en consideración entonces, que en la actualidad se cuenta con excelentes medios diagnósticos; ellos emplean tecnologías modernas y equipos o reactivos de alta precisión, así como técnicas y cepas estandarizadas que aportan mayor confiabilidad al análisis.
Valerse de estos medios es lo correcto, pero ignorarlos es correr un riesgo que a la larga se paga con elevadas pérdidas económicas y amargas experiencias.
CONSECUENCIAS DEL MAL USO DE LOS DESINFECTANTES
El poder desinfectante de un producto difiere entre cepas adaptadas y persistentes en las superficies, con respecto a las no adaptadas.
En consecuencia, aunque los tiempos de contacto sean breves, los desinfectantes a concentraciones subletales o a tiempos insuficientes provocan cambios en las estructuras celulares que conllevan a respuestas de tipo adaptativo. Por tanto, en la medida que el tratamiento de desinfección sea insuficiente en tiempo por las prisas en terminar con la limpieza, o cuando la dosificación de los productos a emplear sea también insuficiente, por un intento de reducir costos o porque los equipos empleados no sean los adecuados, no solo se dará una reducción en la eficacia del desinfectante, sino que además se facilitara la adaptación de los microorganismos a situaciones que incrementaran el peligro de la presencia de patógenos.
Del mismo modo, se han observado otros problemas ligados a las cepas adaptadas a la presencia de concentraciones subletales de desinfectantes. El principal es que la mayor resistencia se evidencia no sólo respecto a un desinfectante, sino contra todos los productos con el mismo modo de adaptación a la formación de estas películas en las superficies, el efecto de supervivencia se incrementa aún más.
La única recomendación posible es un buen empleo de los desinfectantes, a concentraciones adecuadas y en las condiciones que indique el fabricante. En este sentido, es igualmente recomendable no diluir excesivamente los productos químicos y dejarlos actuar el tiempo necesario, así como no utilizar siempre el mismo desinfectante, sino ir cambiando periódicamente con el fin de evitar que se produzcan fenómenos adaptativos cruzados entre sustancias que, siendo diferentes, tengan el mismo principio de acción.
ADAPTACIÓN MICROBIANA
Desde el punto de vista científico, el concepto de resistencia no debe ser usado en referencia al uso de desinfectantes. La resistencia microbiana se encuentra mediada por la existencia de material genético que codifica unos mecanismos de defensa contra acciones antimicrobianas. Esto quiere decir que ante la presencia de una sustancia antimicrobiana se activan regiones del genoma bacteriano, o de plásmidos que se encuentran en el citoplasma celular, que inducen mecanismos bioquímicos accesorios o que producen proteínas que actúan específicamente en contra de las sustancias letales.
Por este motivo, es mucho más correcto el termino adaptación que no el de resistencia, si bien es cierto que algunos microorganismos pueden llegar a manifestar mecanismos de este tipo a baja concentración en presencia de algún desinfectante. Pero por norma general, más que de forma específica, se trata de sistemas de defensa antioxidativo, de protección de membrana o de control de la acidificación intracelular. Sin embargo, cuando se somete el microorganismo a las concentraciones habituales de trabajo se evidencia que consigue una eliminación de varias unidades logarítmicas de recuento.
La mayoría de estas adaptaciones se pueden relacionar con errores en limpieza y desinfección rutinaria.
No obstante, se ha detectado en los últimos años un problema añadido: se trata de la aparición de fenómenos de adaptación cruzada entre diferentes desinfectantes, el cual incrementa la supervivencia de los microorganismos. Esta adaptación cruzada no parece deberse a respuestas genéticas específicas. Sino a cambios celulares inespecíficos. Actualmente hay poca información sobre como este tipo de respuestas pueden afectar la rotación. En cualquier caso, este sistema de desinfección continúa siendo el que mejor respuesta ofrece para evitar la formación de biopelículas, progresiones de estos e incrementos significativos en los productos.
La única recomendación posible es un buen empleo de los desinfectantes, a concentraciones adecuadas y en las condiciones que indique el fabricante. En este sentido, es igualmente recomendable no diluir excesivamente los productos químicos y dejarlos actuar el tiempo necesario, así no utilizar siempre el mismo desinfectante, sino ir cambiando periódicamente con el finde evitar que se produzcan fenómenos adaptativos cruzados entre sustancias que, siendo diferentes, tengan el mismo principio de acción.
TIPOS DE ADAPTACIÓN
Hay tres tipos de adaptación, la adaptación innata, la adaptación aparente y la adaptación adquirida.
• Adaptación Innata: Que es genética. El uso persistente de un desinfectante puede conducir a la selección y persistencia de microorganismos resistentes por naturaleza. Se recomienda alternar los desinfectantes debido a la adaptación innata de esos microorganismos.
• Adaptación Aparente: Está relacionada a condiciones como pH. La habilidad del microorganismo a adaptarse a medioambientes ácidos.
• Adaptación Adquirida: Es el resultado de cambios genéticos en la célula microbiana por mutación.
La rotación de desinfectantes es una posible solución a los fenómenos adaptativos. En esencia, cada cierto tiempo, dependiendo del fabricante, el tipo de contaminación y la extensión de esta, se cambia el tipo de desinfectante creando un ciclo con dos, y preferiblemente tres productos de desinfección diferentes.
ROTACIÓN DE DESINFECTANTES PARA EVITAR LA ADAPTACIÓN
La limpieza y la desinfección son etapas fundamentales en la higienización de las superficies industriales, no realizar el procedimiento de la forma correcta, nos lleva a la adaptación microbiana. Tras un tratamiento continuo suele apreciarse que las superficies no solo no se desinfectan bien, sino que en ocasiones se da un incremento del número de bacterias. Cuando ello ocurre se define una situación de riesgo que puede ser especialmente importante si entre los microorganismos que permanecen se encuentran bacterias patógenas.
Durante mucho tiempo se ha debatido los beneficios de rotación de los desinfectantes. Hay algunos estudios que muestran la importancia de la rotación, pero al margen de esto se da más importancia a elegir el apropiado para proteger el proceso e inhibir el crecimiento de microorganismos.
Las plantas se enfocan en elegir el desinfectante correcto, hacer pruebas de validación y establecer mecanismos de verificación de la eficacia de la limpieza, pero rara vez evalúan si los productos que se usan han creado alguna resistencia a bacterias específicas que pueden afectar los productos.
Un desinfectante se define como aquel producto que tiene como objetivo desinfectar, reduciendo o mitigando el crecimiento de microorganismos incluyendo bacterias, hongos o virus sobre superficies en medio ambientes institucionales, hogares o comerciales.
No está claramente definido el mecanismo de acción de la mayoría de los preservativos y desinfectantes, esto puede ocurrir por oxidación, desnaturalización de las proteínas, o por otras múltiples vías. Se cree que cuando la célula bacteriana se expone al desinfectante, varias estructuras químicas dentro de la célula podrían sufrir daño irreversible que provoquen pérdidas permanentes en la capacidad reproductiva.
Uno de los beneficios posibles de la rotación de los desinfectantes es que las diferentes formulaciones pueden variar la efectividad contra el desarrollo de bio-películas. Las películas que se forman en las superficies de los equipos es otro mecanismo en el cual la bacteria puede crear resistencia hacia el desinfectante usado. Las biocapas son difíciles de remover y el material es capaz de entrampar microorganismos patógenos. Estas reducen la efectividad de los desinfectantes. La rotación de estos puede ayudar a reducirlas.
CONCLUSIONES
• Es importante seguir las instrucciones del fabricante; pero al mismo tiempo, es importante, validar los procesos de limpieza y tener la certeza de que estos son efectivos en eliminar la contaminación que pudiera estar presente.
• La dosis adecuada será la definida por el fabricante y la empresa luego de los ensayos realizados en campo, lo importante de todo esto es que debemos comprender qué, no tener procedimientos, o no seguir los procedimientos adecuados, en ocasiones puede generar un problema grave; estaremos desarrollando una adaptación al desinfectante usado, y después que una bacteria o un hongo se instala en nuestro proceso es difícil eliminarlos.
• El hecho de hacer uso de un desinfectante cualquiera no significa tener con él un 100% del control de un problema microbiano; es necesario evaluarlo periódicamente y frente a diferentes tipos de retos. Hay que considerar que, de acuerdo con las pautas de bioseguridad, es muy importante detectar a tiempo la presencia de nuevos agentes microbianos mutantes y/o comprobar frente a ellos la eficacia del desinfectante, así como frente a materia orgánica, agentes fungosos o virales para hacer los ajustes del caso, si ellos fueran procedentes.
• Las limitaciones que acaban de comentarse para ciertos desinfectantes dan la pauta para cambiarlos oportunamente con otro tipo de desinfectante que garantice una eficiencia evidente. No cabe considerar sólo la idea de rotación, porque no se trata de resolver fenómenos transitorios ni periódicos sino problemas constantes relacionados a la naturaleza de cada tipo de desinfectante.
• Evitar la rotación de desinfectantes es correr riesgos y afrontar problemas mediatos o inmediatos de adaptación microbiana, Recuerde que: MIENTRAS UN DESINFECTANTE SE ESTA DESEMPEÑANDO EFICAZMENTE NO PROCEDE SU ROTACIÓN.
BIBLIOGRAFÍA
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